viernes, 9 de enero de 2009

Crítica Musical : Panic at the Disco - A Fever You Can´t Sweat Out





Hoy comenzamos a añadir a este pequeño lugar una serie de críticas musicales sobre nuestros discos favoritos. Os pedimos disculpas por adelantado si no las encontráis lo suficientemente técnicas, pero están hechas por los propios fans. ¿Quién mejor que alguien que ha escuchado un disco cientos de veces?. Comenzamos.


Panic at the Disco - A Fever You Can´t Sweat Out

Por Marina Díaz




Panic at the Disco era por entonces una banda formada por Brendon Urie, Ryan Ross, Brent Wilson y Spencer Smith. Su primer álbum de estudio se tituló A Fever You Can´t Sweat Out. Es un disco vivo, lleno de ritmos que mantienen al cerebro en acción. Mezcla percusiones con increíbles elementos futuristas.

El disco se presenta con una Introduction, imitando una radio desintonizada que nos deja entrever lo que escucharemos más adelante. Sin más preámbulos y sin un mero segundo de silencio, nos encontramos con The Only Difference Between Martyrdom And Suicide Is Press Coverage, una canción de ritmo frenético con una osadía inesperada, que marca con fuerza el principio del disco.

Seguimos con London Beckoned Songs About Money Written By Machines, la canción con el nombre más difícil de aprender según los fans. Tenemos ante nuestros ojos una letra llena de críticas a los obstáculos y a la comercialización de nuevas bandas.




Nails for Breakfast, Tacks for Snacks y Camisado nos introducen en un hospital que gracias a la música podemos dibujar perfectamente en nuestra mente, con pacientes demasiados enfermos para ser curados. Realmente hay que escucharlas para hacerse a la idea del realismo y la crudeza que presentan.

El ritmo cambia con Time To Dance, canción de letra deprimente y música totalmente energética. Ella se desangra en el salón de baile, no eligió este papel, pero lo interpreta sinceramente.

Siguiendo la insolencia que marca todo el disco, nos encontramos con Lying Is The Most Fun A Girl Can Have Without Taking Her Clothes Off. Relaciones sexuales entre adolescentes que ni siquiera saben lo que hacen, y él que no puede olvidar a la chica. Empieza con un ritmo suave, dejando el vocal casi a solas, para ir incrementando poco a poco el ritmo de la base.

Intermission nos marca el hemistiquio del álbum, empezando con una parte totalmente dance para pasar en mitad a un curioso solo de piano, que incrementa el ritmo al final, como si de la escena principal de una película de terror se tratara.




But It´s Better If You Do nos enseña a un joven olvidando a una chica en un cabaret, sin duda el mejor sitio para algo así.

Considerada como la mejor canción del álbum, I Write Sins Not Tragedies cuenta la historia de una boda truncada al hacer ciertos... problemas, cuando el nervioso novio escucha a los invitados decir que la novia es... una muchacha de moral dudosa. Aún así, tal y como dice la canción, debemos tomarnos las cosas con calma, quizá aún se pueda salvar la boda. Cuenta con un acertado videoclip, dirigido por Matt Squire, en el que una banda de circo consigue acabar con la boda.

I Constantly Thank God For Esteban nos sitúa en una aburrida iglesia, en la que de repente, un chico se levanta y empieza a cantar lo que piensa, pidiendo en primer lugar, un poco de convicción al párroco. Critica a la Iglesia, con el mismo tono irónico que en las demás canciones.




Con ritmos de orquesta y ambiente de cabaret (recuerden, el mejor sitio para olvidar a una chica), nos llega la penúltima canción de este disco, aún con la frescura de los primeros sonidos. There's A Good Reason These Tables Are Numbered Honey, You Just Haven't Thought Of It Yet es el título más largo de este disco. Nos invita a quitarnos el sombrero y el abrigo, y disfrutar del espectáculo. Obviamente, no cualquier tipo de espectáculo.

Para poner el broche de oro a este álbum, tenemos la historia de la pobre chica perdiendo la virginidad en un motel de mala muerte por un dinero que de verdad necesitaba. Build God, Then We'll Talk nos despide grandiosamente con sus últimas estrofas.

En definitiva, un disco con ritmos que pintan fácilmente en la imaginación, con aires circenses, letras irónicas, osadas y políticamente incorrectas. Más si tenemos en cuenta la juventud de los chicos cuando lo sacaron, una media de 20 años.




Uno de esos álbumes que se quedan en el reproductor en vez de en la estantería.

2 comentarios/comments:

Anónimo dijo...

Niño, que Brent ya no está en la banda, ahí hay un error xDD

Anónimo dijo...

Gracias por el comentario sobre el último trabajo del grupo..

Maresa.