Crítica: Skeletons - Hawthorne Heights

Hawthorne Heights comenzó su carrera en 2001, formando poco a poco su éxito y reconocimiento internacional a través de discos como “The Silence in Black And White” (2004) o “If Only You Were Lonely” (2006). En 2007, la banda sufrió la trágica pérdida de su guitarrista y corista, Casey Calvert mientras estaban de gira, pero aún así siguieron adelante y al año siguiente sacaron al mercado “Fragile Future”. Ahora, hoy 1 de Junio, vuelven a nosotros con su “Skeletons”, un disco que se anuncia como un gancho para los nuevos fans sin dejar de impresionar a los antiguos.

Y no es para menos, este álbum empieza con la guitarra de Micah Carli (que también se encarga del screamo, sustituyendo a Calvert), en la canción “Bring You Back”, dándonos una canción melancólica pero no triste, que sin pausa nos lleva a “Nevous Breakdown”, el single de presentación del disco. Una canción con fuerza y gancho, en la que JT Woodruff nos transporta con su voz a esa crisis nerviosa que anuncian, a través de su “I don't care, what you think about me right now, cause I'm gonna have a breakdown”.

Nos encontramos ahora con "End of the Underground", otra canción que no hace más que reafirmar el estilo del grupo, no así como la sorprendente “Drive” que nos impacta con su electrónico comienzo para guiarnos enérgicamente hasta el ritmo western de “Gravestones”, canción rápida y expléndida que se convierte fácilmente en mi favorita personal del álbum, a pesar de que el magnífico ritmo que avecina al principio se va perdiendo a lo largo de la canción.

"Broken Man", "Last Few Words" o "Abandoned Driveways" van definiendo poco a poco un disco que nos enseña las entrañas de la banda de Ohio. Pero llegados a Picked Fences, nos vuelven a sorprender con esta bonita balada que con trazas de inocencia y juventud nos revela el lado más sentimental de Hawthorne.

Sin embargo, a continuación, "Here I Am" nos devuelve al mundo real, con la vuelta al sonido underground, y junto con "Hollywood & Vine" llegamos a la recta final del disco. Otra de las canciones insignia del disco, "Unforgivable" se presenta como una descorazonada súplica de eternidad. “I'm so unforgivable” reza la canción, justo antes de llevarnos a “Boy”, el broche final del disco, que nos deja un buen sabor de boca, una bonita canción de amor, de las de toda la vida, de las que dicen cosas bonitas y un poco amargas, y nos sacan una triste sonrisa para el final del álbum.

Skeletons, volviendo a la estética de los dos primeros álbumes, nos trae de nuevo al Hawthorne Heights algo deprimente que ya conocemos. Si tal vez les faltara algo más de ritmo que rompiera la monotonía que en algunas ocasiones se apodera de las canciones, bien es verdad que no decepcionará a los fans. Hoy, Martes 1 de Junio se pone a la venta, y podremos saber si los fans siguen respaldándoles en esta nueva aventura discográfica.